Como su nombre indica, la Canónica fue la casa de los canónigos y el centro de administración, gestión y servicio de la catedral. Según el documento fundacional fechado en el año 1168, en la Canónica vivían 25 canónigos con una estructura muy jerarquizada que seguían la regla de san Agustín. Así pues, la Canónica es la parte más antigua de todo el conjunto catedralicio.
El edificio que hoy se conserva es fruto de un largo proceso constructivo que abarca desde finales del siglo XII hasta el siglo XVI. Durante este período se fueron construyendo, ampliando y remodelando las distintas estancias, ya que, además de la casa de los canónigos, la Canónica también acogió la capilla de Santa María la Antigua, la Sala Capitular, el Archivo Notarial, la Librería o la Pia Almoina.
El aspecto actual, lejos del original, es el de un edificio totalmente vacío que muestra, como el resto de la catedral, las consecuencias de su transformación en cuartel a partir del año 1707, en plena Guerra de Sucesión española. Si te fijas, en la nave principal donde te encuentras todavía se pueden ver los agujeros construidos en época militar para el envigado que compartimentaba la estancia en dos pisos.
Merecen una mención especial las pinturas murales procedentes de la Pia Almoina, así como las puertas de la Sala Capitular y de Santa María la Antigua, de comunicación con el claustro y consideradas el mejor exponente del lenguaje renacentista en las tierras de Lleida.