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capitel_lucha

En una buena parte de los capiteles de la iglesia se pueden identificar animales, reales o fantásticos, como leones, dragones, centauros, grifos y sirenas. Estos seres, habituales en los repertorios del románico, esconden a menudo una voluntad adoctrinadora por parte de la Iglesia, es decir, que detrás de la mayoría de las escenas representadas hay contenidos y mensajes encaminados a imponer unos comportamientos y unos modelos de vida concretos.

En el capitel que hemos seleccionado, verás la lucha encarnizada entre un dragón y un hombre armado con escudo y espada. El dragón, con cara amenazante, representa el mal, mientras que el hombre, a pesar de ir armado, representa el bien. El capitel pues, es un recordatorio de la lucha constante, que tanto el hombre como la mujer medievales, tenían que mantener a lo largo de la vida contra los vicios y los pecados. Un mensaje fácil de entender, pero que en el contexto histórico en que fue creado, esconde otra lucha, como es el de la propia Iglesia contra todos aquellos que suponían una amenaza, y que eran, principalmente, los cátaros y los musulmanes.