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En este punto, te recomendamos situarte cerca de las escaleras de acceso al altar principal. De este modo verás, ampliamente, la iglesia que Pedro de Coma proyectó a finales del siglo XII. No obstante, la primera piedra de la iglesia se colocó en 1203, quedando consagrada al culto 75 años después.

Si te fijas, se identifica fácilmente la planta de cruz latina, con tres naves, la central y las dos laterales, además de la cabecera, con el ábside principal y los absidiolos o capillas, a ambos lados. También podrás comprobar que el románico está muy presente en las ventanas, pequeñas y con la parte superior redondeada, o en los enormes y potentes pilares de soporte, así como en todos los capiteles, obra de diferentes talleres, con influencias tanto de Italia como del sur de Francia.

No obstante, el gótico, también está presente. Lo reconocerás en las bóvedas de crucería del techo, en el cimborrio o en la mayor parte de las capillas.

Esta iglesia fue, en época medieval, escenario de grandes celebraciones litúrgicas. Es el caso de las procesiones de Semana Santa o las del Corpus, pero también de algunas representaciones teatralizadas como por ejemplo, la Colometa, que conmemoraba la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y la Virgen o la representación del Canto de la Sibila, que pronosticaba la llegada del Mesías y el fin del mundo.