El inicio de las obras del castillo fue paralelo al de la catedral, si bien la duración de las mismas resultó más corto. La sustitución de las construcciones andalusíes preexistentes se llevó a cabo a finales del siglo XII o durante los primeros años del siglo XIII. De este momento es la nave sureste y la nave suroeste. La primera se destinó a vivienda, sala de reunión y asambleas, mientras que la segunda, coronada por una cúpula en su exterior, a capilla y espacio de culto.
Fue durante la segunda mitad del siglo XIV cuando la estructura del castillo quedó configurada y las diferentes estancias totalmente definidas. En esta época se añadió a las naves ya existentes la nave noroeste, destinada a acoger las habitaciones reales y una nueva capilla. La nave noreste continuó con funciones defensivas y de almacenamiento.
El resultado de este proceso fue el de un edificio de planta rectangular formado por cuatro naves en torno a un patio central con cisterna. Para su construcción fueron importantes las contribuciones económicas de diferentes reyes, entre ellos Pedro el Católico, Jaime I el Conquistador o Pedro III el Ceremonioso.
Imagen derecha:
Detalle de la pintura "Lleida año 1525" Recreación hipotética de la Lleida medieval realizada por el pintor Enric Garsaball a partir de la documentación facilitada por el historiador Manel Lladonosa
créditos de la imagen: Enric Garsaball, Museu d'Art Jaume Morera