La historia de un lugar también se forja de pequeñas historias.
Las leyendas son un buen ejemplo de ello. Pero aparte de estos relatos, que sin duda entusiasman a mayores y pequeños, hay pequeñas historias que permiten llenar de vida unos espacios transformados por la propia historia. Ni la Seu Vella es la catedral medieval que fue, ni el Castillo del Rey, el palacio real que acogió grandes acontecimientos políticos. Tampoco la colina es lo que era.
No obstante, hay datos extraídos de la documentación antigua y moderna que permiten acercarnos, echar un vistazo, revivir momentos y situaciones, poner nombre a sus protagonistas...
De pequeñas historias, hay muchas. Hemos seleccionado unas cuantas.