La excepcionalidad en este caso hay que buscarla en el hecho de localizar la pintura en una portalada exterior del siglo XIII, expuesta continuamente a las inclemencias climatológicas. La policromía recuperada sorprende por su calidad y potencia de color. Se sitúa en las ménsulas de soporte de la cornisa, así como en la Salutación evangélica, que después de la restauración se lee por debajo: “AVE MARIA GRATIA PLENA D(omi)N(u)S TECU(m) BENEDICTA TU IN MULIERIBUS”.